El césped es un gran consumidor de agua.
En climas mediterráneos y continentales las temperaturas son muy altas en verano y en cambio las lluvias suelen ser muy escasas, lo que no constituye en absoluto un medio ambiente ideal para ningún césped. Basta ver cómo las praderas naturales se secan (“agostan”) en ésta época, por ello en estos climas, el aporte de agua en verano es imprescindible para mantener una pradera verde y en buen estado Dependiendo del tipo de césped, tipo de suelo, uso, insolación y algunos otros factores menos importantes, las necesidades hídricas del mismo pueden variar, pero el riego, por regla general, oscila entre diario y en días alternos.
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